La falta de información puede generar juicios de valor erróneos
MARÍA SANTIAGO GARCÍA.- Madrid, 26 de enero de 2011
No es la primera vez ni será la última que a causa de las informaciones dadas por los medios de comunicación se crean juicios de valor. En muchas ocasiones esos juicios que se generan son erróneos. El público de hoy en día cree al pie de la letra lo que los medios dicen o muestran. Pero los medios deben tener cuidado con lo que se publica o emite, pues son ellos los que definen la opinión pública.
Un ejemplo aún cercano lo encontramos hace un año en la acusación por agresión de Diego Pastrana a la hija de su pareja. En un primer momento se difundió una información incorrecta generada por los primeros informes aportados por los médicos, en los que se decía que la menor tenía quemaduras y signos de abusos sexuales. Más tarde se comprobó que los hechos no ocurrieron así, él era inocente y Aitana murió debido a una reacción alérgica. Pero la reputación de Diego ya estaba manchada. Imágenes de su cara se habían filtrado y al día posterior al incidente aparecía en todos los medios. Calificativos negativos de toda índole le serían adjudicados tanto por los medios como por los ciudadanos hasta que se demostró su inocencia.
Puede que su nombre quedase limpio, pero su vida dio un giro de 180º. Quedó degradado debido a la información vertida por las filtraciones a los medios. Aunque tratase de olvidar lo ocurrido está claro que los efectos psicológicos tardarán largo tiempo en desaparecer. Está claro que todo ciudadano tiene derecho a tener una opinión sobre los sucesos que ocurren, pero antes de hacer un juicio de valor de tal índole se debe tener una información veraz y así evitar denigrar a personas que no lo merecen.
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